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Por Fazeelat Aslam, de VICE News, especial para SinEmbargo
Ciudad de México, 28 de septiembre (SinEmbargo/ VICE News).– Las mujeres estadounidenses que buscan practicarse un aborto, por accidente apartan citas en los Centros de Crisis de Embarazo, lugares religiosos provida sostenidos por el Estado que no proveen abortos, sino que intentan convencer a las mujeres de que no interrumpan su embarazo.
Se calcula que en 2014 creció en número Centros de Crisis de Embarazo, superando a las clínicas de aborto en una proporción de cinco a uno. Esto hace el acceso al aborto más difícil que nunca. Todo forma parte de una estrategia del movimiento provida.
Los legisladores provida están dirigiendo millones de dólares de los contribuyentes a estos centros. No sólo están hablando de terminar con el aborto, sino que lo están consiguiendo.Y si legisladores como estos continúan abriéndose camino, podríamos presenciar el fin de los abortos legales y seguros.
Desde que la Corte Suprema de los Estados Unidos dictó el fallo de Roe contra Wade en 1973, legalizando el aborto en 50 estados, el país ha estado amargamente dividido.
En los últimos años, el activismo provida se ha hecho más evidente en la esfera política. En 2013, legisladores de 32 estados propusieron cerca de 476 disposiciones, restringiendo así el acceso al aborto.
Si bien muchas de estas regulaciones no tiene nada que ver con la salud, a menudo se crean con el objetivo de impedir que un gran número de centros legales de salud que practican abortos permanezcan abiertos.
La normativa incluye restricciones sobre el tamaño de los estacionamientos, la temperatura ambiente e incluso la altura del césped de los centros.
Mientras se cierran clínicas por todo el país, el movimiento provida está reemplazándolas con sus propias instalaciones alternativas, llamadas Centros de Crisis de Embarazos (CCE).
VICE News investigó las prácticas engañosas que utilizan estos centros para atraer a las mujeres con embarazos no deseados, y la desinformación que difunden para disuadirlas de su idea de abortar.
Para conocer de primera mano una de estas instalaciones nos dirigimos a un centro en Maryland dirigido por Care Net una de las mayores cadenas de Centros de Crisis de Embarazos en los Estados Unidos.
Care Net tiene más de mil centros en todo el país, que atienden, por lo menos, a medio millón de mujeres al año; y aunque este servicio puede ser bien recibido por mujeres embarazadas que buscan ayuda, los Centros de Crisis van dirigidos sólo a mujeres que quieren abortar.
VICE News obtuvo una grabación de Abby Johnson, una activista provida, dirigiendo una sesión informativa en un CCE. En éste, Abby explica que estos centros suelen dar una imagen de sí mismos deliberadamente falsa, para alejar a las mujeres de las clínicas de aborto.
“Las mujeres que quieren abortar, mujeres que están embarazadas, que son vulnerables, acuden a Google y buscan ‘síntomas de embarazo’. En Google hay una forma de dirigir esa búsqueda a tu página web. Tu página web sería la primera que saldría […] La mejor cliente que podrías tener es la que piensa que ha acudido a una clínica de abortos, la que piensa que vas a practicarle un aborto”, es parte de que Johnson dice en la sesión informativa.
El objetivo final de estas tácticas es engañar a las mujeres embarazadas.
Y funciona.
De hecho, estas prácticas engañosas y de desinformación se han generalizado tanto que la Congresista de Nueva York, Carolyn Maloney, está tratando de que se apruebe una ley para acabar con los Centros de Crisis de Embarazos y la publicidad engañosa en la que se basan.
En la última década estos Centros han recibido decenas de millones de dólares de impuestos a través de fondos estatales o federales, como subsidios destinados a la educación para la abstinencia y programas religiosos.
